La silvopastura es gestionar los bosques con las manadas. Los animales pacen los bosques, matorrales, torrentes, rieras, páramos, veredas, etc. Las manadas disminuyen la vegetación de zonas con riesgo de incendios forestales respetando el medio ambiente, sin hacer ruido, ni gastando combustible. Con una correcta gestión de los bosques y del pasto se aumenta y se mejora la biodiversidad de nuestro entorno.
El abandono de los trabajos rurales ha ido acompañado de un abandono del bosque, favoreciendo un crecimiento excesivo de la vegetación que, en caso de incendio hace muy difícil y costoso su extinción. Este hecho ligado al cambio climático; menos lluvias y temperaturas más elevadas, hace que haya más incendios y mucho más virulentos que antes.
Se puede decir que cerramos el ciclo, puesto que los animales comen masa forestal potencialmente incendiable, transformando especies vegetales en carne, leche, piel, lana y abono. Estos productos procedentes de una alimentación basada en pastos son productos de mucha calidad y saludablemente muy buenos, puesto que se evita el uso de pesticidas, fertilizantes y químicos.
Los rumiantes son capaces de transformar la vegetación en alimento, puesto que son un suborden de mamíferos que se caracterizan por digerir el alimento en dos etapas, en la primera de las cuales comen el alimento crudo y lo regurgitan en una forma medio digerida y que después mascullan (mastican por segunda vez) para digerirlo. Poseen un aparato digestivo muy complejo, dividido en cuatro compartimentos, y son capaces de digerir especies vegetales no comestibles para otros mamíferos.