Silvopastura

La silvopastura es gestionar los bosques con las manadas. Los animales pacen los bosques, matorrales, torrentes, rieras, páramos, veredas, etc. Las manadas disminuyen la vegetación de zonas con riesgo de incendios forestales respetando el medio ambiente, sin hacer ruido, ni gastando combustible. Con una correcta gestión de los bosques y del pasto se aumenta y se mejora la biodiversidad de nuestro entorno.

El abandono de los trabajos rurales ha ido acompañado de un abandono del bosque, favoreciendo un crecimiento excesivo de la vegetación que, en caso de incendio hace muy difícil y costoso su extinción. Este hecho ligado al cambio climático; menos lluvias y temperaturas más elevadas, hace que haya más incendios y mucho más virulentos que antes.

Se puede decir que cerramos el ciclo, puesto que los animales comen masa forestal potencialmente incendiable, transformando especies vegetales en carne, leche, piel, lana y abono. Estos productos procedentes de una alimentación basada en pastos son productos de mucha calidad y saludablemente muy buenos, puesto que se evita el uso de pesticidas, fertilizantes y químicos.

Los rumiantes son capaces de transformar la vegetación en alimento, puesto que son un suborden de mamíferos que se caracterizan por digerir el alimento en dos etapas, en la primera de las cuales comen el alimento crudo y lo regurgitan en una forma medio digerida y que después mascullan (mastican por segunda vez) para digerirlo. Poseen un aparato digestivo muy complejo, dividido en cuatro compartimentos, y son capaces de digerir especies vegetales no comestibles para otros mamíferos.

Bienestar animal

Nuestra manada está formada por razas autóctonas, Cabra Blanca de Rasquera y Oveja ripollesa, razas rústicas y adaptadas al medio natural donde nos encontramos. Pacen cada día del año y todas las horas necesarias, potenciando así el desarrollo de sus instintos naturales. Como herbívoros que son se alimentan exclusivamente de vegetación herbácea y matorral que encuentran a los pastos.

El hecho de pacer y comer siempre en el exterior, y de no estar estabuladas y alimentarse dentro de un corral contribuye a hacer que tengan una buena salud y a no tener que medicar de manera preventiva ni sistemática. Además, solo las hacemos criar una vez al año, con monta natural y sin hormonarlas, para no forzar su ciclo reproductivo.

El corral es bastante grande para que puedan desarrollar todos sus instintos, saltar, correr y establecer su jerarquía.

Las cabras y las ovejas se alimentan exclusivamente de la vegetación que se encuentran en los bosques, matorrales, rieras, páramos y márgenes donde encuentran una gran variedad de especies vegetales, de árboles y arbustos típicos de región mediterránea y de chaparral como el pino, roble, encina, algazul, aliaga, zarzaparrilla, brezo, romero, zarzamora, hiedra, genista, enebro, sabina, aladiernos, entre otros y más de un centenar de diferentes variedades herbáceas.

En cuanto a nuestros cabritos y corderos maman de sus madres hasta el último día, al principio comen un poco de grano ecológico y rama de encina y olivo. Cuando son algo más grandes salen a pacer con las madres.

Tanto los corderos como los cabritos tienen el espacio suficiente para correr, saltar, se los toca el aire y el solo, etc., haciendo que sean animales sanos y que no tengamos que medicar preventivamente. Contribuyendo así a crear un alimento mucho más sostenible y saludable sin químicos.

Podemos decir que cuando comemos la carne de Remugabosc estamos llevando a mesa nuestros bosques.